Habitación de Brunilda

-No podría dañarte aunque quisiera. Ni siquiera podría engañarte con otra mujer. Sería todo tuyo.

- ¿Todo mío? ¿Seguro?- pregunté mientras una sonrisa se iba formando en mi rostro.- ¿Todo todo mío?

Sonreí, captando su indirecta. LA besé.
-Todo, todo, tuyo

Gemí.
Hagá...- me corté al recordar mis ataduras. Si lo hacía (y me moría de ganas) Thor le mataría y Odín me castigaría por atarme así a alguien cuya exitencia era limitada. Bajé la cabeza, alicaida.

Le alcé la cabeza.
-¿Qué te pasa? ¿No te hace feliz?

- Más que nada en el mundo, Wren.

-¿Entonces? -suspiré- Oye Brunilda, no tenemos por qué hacerlo. Si no quieres no lo haremos, ¿vale? Seguiremos siendo... amigos.

- Pero... Quiero hacerlo. De veras que sí. Pero no puedo... Me castigarían. Está prohibido. Thor te mataría.

- No tienes por qué hacerlo, Brunilda. No te pasará nada si lo haces. ¿Vale? Si no quieres que los dioses te castiguen, te comprendo.

Cerré los ojos, frustrada.
- Es tan injusto... ¡Oido ser una valkiria!- agité los puños.- ¡¡Lo odio!!

-No digas eso, Brunilda. Ser valkiria es una de tus mejores cualidades...-la besé.-Me encanta que lo seas. Que seas más poderosa que yo.

Le abracé.
- Pero si eso nos impide estar juntos no quiero serlo...- me quedé en silencio.- Podría pedir la mortalidad...

-Y entonces morirías antes que yo. Además está el problema de que estamos aqui encerrados y si tus dioses te dieran la mortalidad seguro que te echarían de aqui.

Le miré en silencio.
- Te quiero... Y tienes razón. Pero... Quizá encontremos una manera.

-No hace falta encontrar la manera. Te quiero y te seguiré queriendo hasta mi muerte.-la besé.

- ¿Pero de qué sirve sino podemos estar juntos?

-Lo vamos a estar porque no te voy a dejar salir de mis brazos. No te voy a soltar. Si te llevan, me llevarán contigo.

Sonreí enternecida.
- Abrázame más fuerte y no me sueltes nunca.- pedí y le abracé.

La abracé con fuerza.
-¿sabes? Me haces sentir humano por una vez en mi vida. Nunca había abandonado mi forma animal tanto tiempo ni había querido aprender nada sobre los sentimientos humanos. Y ahora... Quiero saberlo todo.

- Y yo quiero saberlo todo sobre tí. Tu piedra favorita, tu color, el lugar de nacimiento de tus padres, la última vez que viste una película...

-Mi piedra favorita... El ojo de tigre; mi color, el blanco; no sé dónde nacieron mis padres; y... mi última película vista fue... Puff... LLevo mucho tiempo si ver una. -la miré- ¿Contenta?

- No del todo. Pero aun así estoy feliz.- dije riendo. Le besé suavemente, y le observé.

Sonreí.
-¿Que más quieres saber?-la besé.-Estoy a tu disposicion.

- Todo de ti. Ahora no se me ocurren unas preguntas específicas, pero...

-Contestaré a todo lo que quieras luego. Primero tienes que curarte esas heridas. No sé cómo han salido, pero no puedo dejar que te desangres.