Habitación de Brunilda

Sonreí tristemente y me apoyé en su pecho. Sentí ganas de llorar.
- No me dejes dormir, por favor...- susurré.

-Pero necesitas dormir... Todo el mundo necesita dormir. No puedo mantenerte en vela.

- Si duermo, Thor me invocará. Incluso cuando no está porque tiene otras cosas que hacer, hace un doble suyo para que se acueste conmigo y el lo sienta, tal es su ninfomanía enfermiza.

-Yo te protegeré. No dejaré que Thor te invoque.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.-la besé en la frente.- No dejaré que ese viejo zorro te toque.

Lancé un gemidito y cerré los ojos. Me recosté contra él. Me empecé a dormir.

-Duerme...Cielo mio. Yo no dejaré que nada te pase.-susurré, acariciando su cabeza.

Antes de dormirme completamente, me agarré a su brazo. Apreté mi frente contra su piel.

La observé. Dormida era preciosa. PArecía tan vulnerable como una mortal corriente, pero su aura de perfecta seguía intacta.

Noté que una parte de la esencia de Brunilda se iba.
-No Thor, no te la llevarás.-dije apretando los dientes mientras un hechizo formulaba.-No lo conseguirás, nunca.

Lentamente, en mi cuerpo dormido, en la mejilla, se fue haciendo un corte al igual que brotaba sangre.
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Thor me cogió en brazos y me puso sobre su hombro como un verdadero bárbaro. De repente, sentí náuseas y un tirón en el estómago. Alguien... Sonreí. Wren intentaba que no me llevara. Apreté los dientes y golpeé con los puños la espalda de Thor.
- ¡Suéltame, pedazo bestia!
- ¡Cállate!
- ¡No quiero!- le di una patada, y me soltó.
Me alejé de él y se acercó a mi.
- Brunilda, ven aquí.
Empecé a negar con la cabeza y salí corriendo.

Pasé una mano por el corte que acababa de salir intentando controlar mi furia. Seguí recitando el hechizo con más energía mientras la acunaba. Thor no me la quitaría.

Me alcanzó y me sujetó por los hombros. Me giró bruscamente y me apretó contra él. Puso la daga contra mi cuello.
- No me gusta que me desobedezcan, Brunilda. ¡¡Nada!!- tronó. Mojó la daga con mi sangre. Las náuseas se hicieron más fuertes. Thor me besó el cuello y luego me mordió el hombro con fuerza. Chillé de dolor. Intenté revolver, sabiendo que era inútil. Él era un dios, yo una simple sirvienta. Pero, increiblemente, desaparecí...---------
... Y me desperté en la cama con Wren. Juntos él y yo. Cerré los ojos agradecida mientras le acariciaba el brazo.

La miréy sonreí. Lo había conseguido. Luego miré su cuello.
-Malditos dioses...

- Gracias a los dioses...- musité. Abrí los ojos y le miré. Calmé mi respiración y le agarré el rostro. Le miré a los ojos.- Gracias...

-Te prometí que no te llevaría... Tienes que curarte esas heridas. ¿Te ayudo?

No respondí. En su lugar, me abalancé a por su boca, que devoré en un beso apasionado.

Contesté al beso con otro igual de apasionado.
-Te...Lo...Prometi-segui besándola.

- Mm...- gruñí y le exigí que me siguiera besando con ímpetu. Al final, me separé con los labios inflamados.- ¿Hasta cuándo seremos pareja?

Me pasé la lengua por los labios, deléitandome.
-Tenemos 3 semanas hasta que se borre la marca. Si en esas 3 semanas no hemos completado el ritual dejaremos de serlo.

- ¿Y qué nos pasará?- le besé suavemente y luego pasé la lengua por sus labios.

-¿Si no cumplimos el ritual? Nada, tú podrás seguir con tu vida. Si lo hacemos, seremos pareja para toda la eternidad...-la besé.

- ¿Y estaríamos juntos siempre? ¿Nunca me dañarías de ninguna manera?- respondí al beso.